Kamishibai (紙芝居, «representación teatral de papel«) es una antigua forma de contar cuentos muy popular en Japón.
Origenes
El kamishibai tiene su origen en el siglo XII, concretamente en los templos budistas de Japón, donde los monjes utilizaban emaki (rollos de papel que combinan imágenes y texto) para contar historias que facilitaran la transmisión de enseñanzas morales a personas analfabetas.
Este rudimentario aunque didáctico sistema de enseñanza siguió utilizándose durante varios siglos.
Resurgimiento del kamishibai
La fama del kamishibai en la actualidad se debe al resurgimiento de esta técnica educativa y didáctica durante la gran depresión de los años 1920, cuando se convirtió en un medio de vida.
Según parece, este sistema de educación visual tiene una enorme influencia en el aprendizaje infantil y se ha llegado a decir que incluso era un «lavado de cerebro» para formar a nuevos japoneses en los valores ultranacionalistas del período Shōwa anterior a la Segunda Guerra Mundial.
La llegada de la televisión en la década de 1950 hizo desaparecer esta tradición pero, gracias a internet y a las técnicas educativas neo-tradicionalistas, el kamshibai está viviendo un resurgimiento en la actualidad.
¿En qué consiste el kamishibai?
Está formado por un conjunto de láminas que muestran, cada una de ellas, un dibujo en una cara y texto en la otra.
El narrador va leyendo el texto relativo a cada una de las ilustraciones mientras los espectadores las contemplan y escuchan la narración.
Se trata de una técnica educativa y de entretenimiento dirigida principalmente a los niños, si bien llegó a utilizarse como técnica publicitaria para poblaciones con alto índice de analfabetismo.
Una especie de parque temático del ramen donde se pueden probar todas las variedades regionales de ese plato en una recreación del viejo Tokio de principios del siglo XX