Su preparación incluía tanto adiestramiento en destrezas sexuales (seducción, coito, juegos eróticos o placer sensual) como en artes de entretenimiento (danza, música, conversación, etc).
La oiran no solo usaban ropa tradicional japonesa que pesaba unos 20 kilos. A ello había que añadir el maquillaje y unos peinados barrocos formados por accesorios del cabello que pesaban varios kilos.
Además de todo ello, caminaban con un par de sandalias de madera que llegaban a medir 30 centímetros.
Y debían hacerlo de un modo muy particular con un juego de pies muy lento (que necesitaba meses de práctica) para lograr el efecto de caminar de manera constante y hermosa.
Legal y regulado
La prostitución durante siglos fue legal en Japón y, de hecho, tributaba como otra profesión más, suponiendo una parte muy importante de los ingresos públicos.
Niveles jerárquicos
Existían una serie de rangos jerárquicos entre las oiran, basados en su belleza, personalidad, cultura y destreza en su trabajo.
Tayū (太夫 o 大夫)
Era el rango más alto para una oiran y, de hecho, eran las prostitutas de los daimyō de mod que solo los más poderosos podían ser sus clientes habituales.
Sancha (さんちゃ) y Umecha (梅茶)
Eran niveles intermedios, para personas de la sociedad de cierto grado.
Así, las sancha eran las oiran de los samuráis mientras que las umecha tenían como clientela a burgueses de alto nivel económico.
Kamuro, las aprendices de oiran
Las Kamuro (禿) o aprendices ocupaban el escalón más bajo de la jerarquía.
Eran niñas de unos 10 años de edad, muchas de ellas hijas de otras Oiran.
Comenzaban trabajando de sirvientas de las prostitutas acompañándolas para ayudarlas en todo lo que necesitaran, al tiempo que aprendían muchos detalles de la profesión.
El control de la prostitución durante el período Edo
Este tipo de meretrices surgieron a principios del período Edo (1600-1868), como parte de la política de control de la prostitución por parte del gobierno Tokugawa.
Los barrios rojos de Japón
Se restringió la existencia de los burdeles a distritos especiales denominados «barrios del placer», que era donde ejercían la prostitución estas mujeres y otras prostitutas de menor categoría.
Existían barrios del placer en las principales ciudades de Japón: Yoshiwara (en Edo, la actual Tokio), Shimawara (en Kioto) y Shinmachi (en Ōsaka).
El fin del comercio con mujeres en Japón
Durante siglos, existió la trata de blancas en Japón.
De hecho, los traficantes de esclavas recorrían las zonas rurales para comprar niñas que luego vendían a los prostíbulos para que se formaran como prostitutas.
El comercio con mujeres se prohibió en 1959.
Las oiran en la actualidad
Actualmente la prostitución está prohibida en Japón y ya no existe la profesión de oiran.
No obstante, puede verse a mujeres representando ese papel en vistosos desfiles de algunos festivales.
El Kanamara Matsuri, conocido popularmente como el Festival del Pene de Acero, es seguramente el festival japonés de las fertilidad más famoso en todo el mundo.
Asakusa es uno de los distritos más populares y tradicionales de la capital de Japón. Sus calles y el famoso templo Sensōji son la demostración de que Tokio es una ciudad de contrastes.
Las geishas y maikos (aprendices de geishas) son, sin lugar a duda, una de las imágenes más icónicas de Japón.
Aquí desvelamos todos los secretos de estas guardianas de las tradiciones escénicas japonesas.
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