Este importante distrito abarca una treintena de pequeños barrios.
En el pasado, Kanda era un gran barrio en sí mismo, pero se fusionó con Kojimachi para formar el moderno Chiyoda en 1947.
Actualmente es, junto con Nihonbashi y Kyobashi, el núcleo de lo que en el pasado se llamó Shitamachi.
Es decir, era el centro original de la antigua Edo-Tokio, antes de que surgieran barrios de especial relevancia como Shinjuku y Shibuya.
Lugares de interés en Kanda
Allí se encuentra el santuario sintoísta Kanda Myojin, dedicado al antiguo rebelde Taira No Masakado.
Este personaje histórico lideró un levantamiento contra el gobierno central durante el período Heian con el objetivo de erigirse como «Shinnō» (Nuevo Emperador).
Actualmente, el santuario Kanda Myojin celebra importantes festivales como el Kanda Matsuri y el curioso Daikoku Matsuri.
También alberga el «Mausoleo de Confucio en Yushima», un templo dedicado al confucianismo.
Otro lugar curioso del distrito es «la Catedral de la Resurrección de Tokio».
Construida por Nicholas de Japón, es la catedral principal de la Iglesia Ortodoxa Japonesa.
Dormir en Kanda
Este distrito es una muy buena zona para dormir en Tokio, ya que te permite hospedarte a solo una parada de metro de la estación de Tokio, pero sin pagar los elevados precios de alojamiento en un hotel al lado de esa céntrica estación.
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Kanda es una muy buen alternativa si tú también quieres alojarte cerca de la estación de Tokio pero tu presupuesto no te permite pagar los altos precios de Marunouchi.
Una solución práctica y barata para alojarse en el centro de Tokio, ya que permiten dormir en lugares bien situados en los barrios más importantes o populares de la ciudad.
Desde principios de junio y hasta mediados de julio, por las noches, se puede ser testigo del mágico espectáculo de las luciérnagas. Estos insectos ocupan un lugar especial en la cultura japonesa desde hace siglos.
El Daikoku Matsuri es un festival de desnudos celebrado en el santuario Kanda Myojin en Chiyoda Ward (Tokio) a mediados de enero para recibir el año nuevo, con el objetivo de la purificación espiritual.