Según el horóscopo basado en el antiguo calendario chino, 2033 será el año de la vaca, el buey o el búfalo (que es como suele traducirse al español), lo que en Japón se conoce como ushidoshi (丑年).
Cada año, desde mediados de diciembre, comienzan a verse todo tipo de carteles y productos adornados con el símbolo del nuevo año chino que comienza.
También pueden verse adornos en tiendas y en muchos hogares.
La vaca es el símbolo de la buena suerte en Japón.
La vaca, símbolo de la buena suerte
Dentro de los símbolos de la buena suerte, la vaca ocupa un lugar preponderante en Japón.
Por ello son habituales las estatuas de vacas en muchos santuarios.
Existe la superstición o creencia de que acariciar una vaca o una estatua que la represente (nadeushi, 撫牛), ayuda a curarse de las enfermedades.
Las personas que disfrutaron del hatsumōde (la primera visita del año a un santuario) en 2021 pudieron ver, entre otras muchas decoraciones y amuletos, las famosas tablillas ema adornadas con bueyes.
Los santuarios Tenmangū
La vaca es particularmente el animal sagrado de los santuarios Tenmangū, dedicados a Sugawara No Michizane, más conocido como Tenjin o Tenjinsama (deidad de los estudios).
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El más famoso de esos santuarios es el Kitano Tenmangū de Kioto.
Entre los lugares populares de Tokio para realizar el rito del nadeushi o «frotar vacas» se encuentra el santuario Hirakawa Tenmangu, situado cerca del Palacio Imperial y del templo Yushima Tenjin, en el distrito de Bunkyō.
Uno de los tres festivales más grandes de Japón, el Tenjin Matsuri (天神祭) celebrado en julio en Ōsaka, está dedicado también a los santuarios Tenmangū y a Tenjin.
Los akabeko de Aizu Wakamatsu
En la ciudad de Aizuwakamatsu, situada en la prefectura de Fukushima (región de Tōhoku), su símbolo más conocido son los akabeko (赤べこ, «vaca roja»), pequeños tesoros de la artesanía local.
Se trata de figuras de vacas de color rojo intenso de madera y papel maché (originariamente construidas como juguetes) con una cabeza que se balancea.
Según una leyenda, están basadas en una vaca real que se utilizó para construir un templo local en el siglo IX. Desde entonces existe la creencia de que los akabeko son poderosos amuletos que curan la viruela y otras enfermedades.
Aizuwakamatsu, la ciudad samurai
El buey en el budismo japonés
En el budismo se dice que el buey representa la «naturaleza de Buda», la naturaleza fundamental de todos los seres vivos que permite suponer que cualquiera puede llegar a la iluminación.
Pero además, a través del budismo tántrico, la imagen de la vaca como animal sagrado se transmitió desde la India hasta Japón, ejerciendo una notable influencia en el folklore japonés, como se puede ver en la representación de los siete dioses de la fortuna (Shichifukujin, 七福神).
Entre esos siete dioses se encuentra Daikokuten (大黒天), cuyos mensajeros son vacas.
La geisha y la vaca
Uno de los capítulos históricos quizás más interesantes de la historia de Japón es la llegada del Cónsul General Taunsend Harris a Shimoda, ciudad situada al sur de la prefectura de Shizuoka, en el año 1856, para abrir el primer consulado de Estados Unidos en el país, gracias a un Tratado especial con el shogunato Tokugawa.
Dicho consulado se ubicó en el Templo Gyokusenji de Shimoda.
A su cargo se puso una geisha, para su atención y cuidados.
Pues bien, al ser Harris el primer extranjero que vivió en suelo japonés, se le atribuye la introducción de diversos estilos de vida occidentales.
El capítulo más famoso y popular para los japoneses se produjo cuando Taunsend Harris enfermó y sufrió fiebres altas.
Durante su enfermedad pidió a la geisha que le trajera leche, una costumbre Occidental completamente desconocida en el Japón de aquella época.
Días después Harris se curó y su sanación se atribuyó a la leche que tomó.
Por ese motivo, desde entonces se relaciona a esa geisha, llamada Okichi, con la imagen de una vaca y actualmente hay un gran monumento frente al edificio principal del Templo que conmemora el comienzo del consumo de leche de vaca en Japón.
Este episodio histórico está muy bien relatado en la magnífica película «El Bárbaro y la Geisha» (1958), protagonizada por el legendario John Wayne.
Una película que me encanta, por cierto.
Nacidos en el año del buey
Se estima que en Japón hay actualmente 10,7 millones de personas nacidas bajo el signo del buey, representando un 8,5% de la población japonesa, situada actualmente en los 125,6 millones de personas según datos oficiales de enero de 2021.
Entre las celebridades nacidas en el Año del Buey se encuentran la estrella del tenis Naomi Osaka (nacida en 1997), el yokozuna o campeón supremo de sumo Hakuhō_Shō (nacido en 1985), y el actor Masato Sakai (nacido en 1973).
Personalidad de los nacidos el año de la vaca
Se dice que las personas nacidas en un año del Buey poseen «las virtudes de un buey», por lo que su personalidad es fuerte, decidida y en ellos se puede confiar, por lo que suelen ser muy populares entre amigos y familiares
Por la naturaleza honesta y relativamente conservadora de los nacidos en el año del buey, que tienen una naturaleza, se dice que suelen ser muy patriotas y mostrar ideales y ambiciones de vida muy vinculados tanto a la familia como al trabajo.
Cultura japonesa
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Fuente de datos poblacionales: Japan Times
Muchas gracias por la información. Me ayudó en la lectura del libro "Memorias de una geisha" 🙂
¡Qué buen libro! Muchas gracias por tu comentario.