Los trenes de Japón tienen fama de ser eficientes, puntuales e impecables.
El sistema ferroviario japonés es extremadamente complejo y sofisticado, permitiendo el desplazamiento de muchos millones de personas cada día hasta los rincones más inaccesibles del país de un modo eficiente y cómodo.
Un medio de transporte para las masas
Japón tiene una población de más de 125 millones de personas, distribuida en apenas una cuarta parte de su superficie debido a la orografía.
Ello provoca que la densidad de población de Japón supere los 330 habitantes por Km2.
Con tal concentración de población y una geografía que dificulta muchísimo el desarrollo de las infraestructuras de transporte, resulta necesario un medio que permita el desplazamiento de gran número de personas a la vez.
El tren es la solución.
El símbolo de la modernización de Japón
La era Meiji (1868-1912) fue la de era de la apertura de Japón al mundo. El emperador Mutsuhito estaba firmemente decidido a “ociddentalizar” Japón introduciendo todos los avances técnicos que fuera posible e incluso algunos usos y costumbres occidentales, como el vestir.
Los trenes marcaron el inicio de esa modernización.
Los primeros trenes fueron propulsados por locomotoras británicas y construidos con apoyo británico. Todo un símbolo del alejamiento de Japón de las políticas aislacionistas del gobierno militar anterior a Meiji, el del Shogunato Tokugawa.
La primera línea de tren de Japón
Inaugurada el 14 de octubre de 1872, la primera línea ferroviaria de Japón comunicaba las ciudades de Tokio y Yokohama. Por ese motivo, el 14 de octubre se celebra en Japón el “Día del Ferrocarril”.
Desde entonces, la tecnología ha mejorado mucho.
En 1872 se tardaban 53 minutos en cubrir los 29 kilómetros que separan Tokio de Yokohama. En la actualidad son solo 24 minutos.