Los cementerios en Japón (墓地, bochi) son lugares de profunda serenidad, donde se mezclan la espiritualidad budista, el respeto a los antepasados y una estética única.
Lejos de ser espacios lúgubres, muchos cementerios japoneses son auténticos jardines, con senderos de piedra, musgo y estatuas de Jizō, el protector de los niños y los viajeros.
Cementerios y templos para visitar
Okunoin (奥の院), Monte Kōya (prefectura de Wakayama): uno de los lugares más sagrados de Japón —ideal para reflexionar sobre la vida, la muerte y el paso del tiempo.
Sengakuji (泉岳寺), Tokio: templo en el que se encuentran las tumbas de los famosos 47 ronin de Ako que dieron la vida por vengar a su señor.
Yanaka Reien (谷中霊園), Tokio: un cementerio urbano donde las lápidas, árboles y ambiente antiguo evocan el respeto continuo hacia los muertos.
Osorezan (恐山), Aomori: un lugar un tanto misterioso en el que observar la visión más extraña del más allá según los japoneses, pues se dice que es la puerta al infierno y allí puedes hablar con los muertos e incluso enviarles una carta al más allá.
Estatuas de Jizo en Osorezan y lugar para depositar ofrendas
Adashino Nenbutsu-ji (化野念仏寺), Kioto: impresiona por sus miles de estatuillas de piedra dedicadas a los difuntos anónimos.
Visitar un cementerio en Japón permite entender el vínculo entre vida, muerte y naturaleza que define la cultura japonesa.
Es importante hacerlo con respeto: evita hablar en voz alta, no tomes fotos sin permiso y sigue los caminos marcados.
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Situado en un denso bosque de enormes árboles sugi y en algunas ocasiones envuelto en neblina, el cementerio Okunoin (en Koyasan) es un lugar sobrecogedor.
El Monte Kōya o Kōyasan es uno de los retiros espirituales más importantes de Japón y todo un cambio de ambiente tras visitar las enormes y ruidosas ciudades de Tokio y Ōsaka, llenas de rótulos luminosos, tráfico y gente.
El shinrin yoku o "baños de bosque" consiste en visitar un bosque y disfrutar de él con los cinco sentidos, para obtener un bienestar personal e incluso beneficios para la salud.
Situado junto a la emblemática Torre de Tokio, este templo bien merece una visita, sobre todo en primavera, durante los días en que florecen los cerezos, o bien en Nochevieja.
Día a día crece la popularidad de la legendaria historia de los 47 ronin y de su venganza por lealtad a su señor. Así fue como sucedió y en este lugar es donde se encuentran sus tumbas, que además se pueden visitar en la actualidad.
Hay un lugar en Japón en el que puedes hablar con los muertos e incluso enviarles una carta al más allá. Un lugar considerado la puerta al infierno. Se llama Osorezan y es uno de los tres montes más sagrados de Japón.
El templo Sengakuji de Tokio es famoso porque allí se encuentran las tumbas de los 47 rōnin de Ako, un legendario grupo de samuráis que fueron leales a su señor hasta el final.
La Semana de Plata o "shirubā wīku" es una feliz confluencia de días festivos que hacen las delicias de los estresados japoneses, que aprovechan a viajar al extranjero.
Durante el equinoccio de primavera, los japoneses rezan y hacen ofrendas a sus difuntos en la fiesta del "shunbun no hi", mientras ven como poco a poco florecen los cerezos.
El día del equinoccio de otoño se celebra en Japón el “Shūbun No Hi" (秋分の日), una festividad familiar budista en la que se visitan los cementerios y se reza por los difuntos. La fecha reviste, junto la del equinoccio de primavera, un carácter muy espiritual.
A pesar del aluvión de negativas críticas, "Mapa de los Sonidos de Tokio" es una bonita película especialmente indicada para los amantes de la capital japonesa.