El número de miembros y asociados de la yakuza en Japón alcanzó un mínimo histórico de 18.800 personas al cierre de 2024, según datos de la Agencia Nacional de Policía (NPA) publicados recientemente.
Es la primera vez desde 1958 que la cifra cae por debajo de los 20.000 integrantes, reflejando una disminución constante desde 2005 debido a estrictas políticas gubernamentales contra el crimen organizado.
Yakuza, el tradicional crimen organizado en Japón
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La Yakuza es el crimen organizado japonés, con raíces que se remontan al siglo XVII.
Conocida por su estructura jerárquica y códigos de honor, ha operado en sectores como el juego ilegal, la extorsión y el tráfico de drogas.
Aunque en su auge contó con más de 180.000 miembros, su número ha caído drásticamente debido a estrictas leyes y persecuciones policiales.
¿Sabías que…?
En mayo se celebra en Tokio el festival Sanja Matsuri, en el que la yakuza acude a mostrar su fuerza y sus tatuajes a todo los asistentes.
En la actualidad, la yakuza sigue activa, pero se enfrenta a una profunda transformación.
El surgimiento de grupos delictivos más discretos y descentralizados, los tokuryū, está redefiniendo el crimen organizado en Japón.
Tokuryū, un nuevo modelo de crimen organizado
El declive en el número de miembros de la yakuza va acompañado del auge de un nuevo modelo delictivo.
Se trata de grupos temporales, anónimos y descentralizados conocidos como tokuryū (匿流).
La policía japonesa ha clasificado a Tokuryū como una «amenaza seria».
Y es que estas organizaciones han cobrado relevancia en los últimos años y su impacto en la criminalidad japonesa es cada vez más evidente.
Por ejemplo, durante el año 2024, más de 10.100 individuos relacionados con los tokuryū fueron investigados por delitos de carácter económico.
Pero a estructura descentralizada y el anonimato de estos grupos han dificultado las labores policiales, convirtiéndolos en un desafío creciente para las autoridades.
Uno de los aspectos que más preocupa a la policía es el uso de redes sociales como herramienta de reclutamiento.
Se estima que 3.925 personas fueron captadas a través de plataformas digitales con la promesa de empleos bien remunerados conocidos como yami baito (闇バイト).
Se trata de trabajos ilegales a media jornada, generalmente vinculados con fraudes financieros o robos.
Impacto económico y principales delitos vinculados
Las actividades delictivas de los tokuryū han generado pérdidas económicas récord, alcanzando los 200.000 millones de yenes (aproximadamente 1.240 millones de euros) en 2024.
Entre los delitos más frecuentes en los que estuvieron implicados sus miembros destacan:
- Violación de la Ley de Prevención de Transferencia de Productos Delictivos: 3.293 casos
- Fraude financiero: 2.655 casos
- Robos: 991 casos
- Delitos relacionados con drogas: 917 casos
- Asaltos con violencia: 348 casos
- Violaciones de la ley de entretenimiento para adultos: 292 casos
Además, 633 individuos fueron identificados como coordinadores de estas operaciones.
Der todos modos, las autoridades creen que los verdaderos líderes siguen operando desde el anonimato.
Vínculos entre la Yakuza y los Tokuryū
Pese a la reducción en el número de miembros de la yakuza, las autoridades han detectado conexiones crecientes entre este grupo y los tokuryū.
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Algunos exmiembros o incluso actuales integrantes de la yakuza han sido identificados dentro de estas redes Tokuryū.
Eso sugiere que se está produciendo una transformación del crimen organizado en Japón hacia nuevas formas.
El panorama criminal japonés está evolucionando: mientras la yakuza tradicional pierde fuerza, las nuevas estructuras delictivas anónimas y descentralizadas ganan terreno.
La policía y los poderes púlbicos japoneses han intensificadosuos esfuerzos para frenar esta tendencia.
Pero la naturaleza flexible y adaptativa de estos grupos representa un reto sin precedentes en la lucha contra el crimen organizado en Japón.